“Hasta que lo inconsciente no se haga
consciente, el subconsciente seguirá dirigiendo tu vida y tú le llamarás
destino”… Carl Jung
Tengo una sombra de mis sombras?
Así es… todos las tenemos. Y es probable que haya una
sombra que la mayoría de nosotros tengamos en común como la sombra de las
sombras: me refiero al temor. El solo hecho de leer la palabra quizás ya genera en
nosotros una sensación que, probablemente, no es para nada grata y nos pone en
alerta.
A qué se debe esto? A lo que implica
y significa para nosotros conscientemente el temor pero que tiene sus bases
profundas en nuestro inconsciente y que, mientras no lo desentrañemos, seremos
presa fácil de él pues el desconocimiento nos aleja del poder sobre nosotros
mismos.
Y aquí sería interesante que cada
quien se preguntara: ¿Cuál es la sombra de mis sombras? En mi caso, enfrentar
el temor es la primera sombra a confrontar e iluminar. No resulta sencillo
decirlo y menos admitirlo, pero atreverse a exponerlo a expensas de querer y
preferir, muy en el fondo de sí, mantener esa sombra escondida, ya me otorga ventaja sobre ella.
Puede parecer extraño o sorprender que los que actuamos
con valentía en muchas ocasiones o parecemos más temerarios que otros admitamos
que el temor es la sombra de nuestras sombras, pero así de contradictorio es, y
un muy buen primer paso para traer lo inconsciente a nuestro consciente es
admitir lo que allí tenemos si es que ya sabemos que está allí, si nos hemos
sincerado con nosotros mismos en ese aspecto.
¿Cómo saber si el temor es la sombra de
mis sombras?
Pues
hay que revisarse, PENSARSE A SÍ MISMO. Hablar consigo mismo,
como quien habla con su confidente. Prestar atención al ¿cómo me estoy
sintiendo en este momento? o ¿Cómo me sentí en tal momento o situación?.
SINCERARSE CONSIGO MISMO, y darse respuestas
sin sesgos. Total es una conversación contigo mismo(a), y si te dices la
verdad, solo quedarás al desnudo ante ti mismo(a) y de nadie más, y esto lo digo
por si quedar expuesto(a) es lo que te preocupa.
A nivel científico existen las teorías que explican las
causas del temor, entre las que se exponen como principales: no querer perder,
el tener que vivir el final, la necesidad de aceptación que está asociada
directamente con la ausencia de amor, desde donde surge la base del temor, y
también está el anclarse en el pasado o el futuro y olvidarse del presente,
entre otras.
Todas esas posibles causas, juntas o separadas, son una
tarea que cada cual necesita descubrir en sí mismo. No pretendo en este post
hacer un escrito científico del temor porque sobre eso hay mucho que se ha documentado. Lo
que sí pretendo es hablar sobre esa sombra desde la perspectiva en que la he
vivido. Porque hablar de nuestros temores abiertamente es un tema que es fácil
de abordar si se trata de otros pero que nos sentimos expuestos y vulnerables
si se trata de hablar sobre los temores que viven dentro de sí.
Si no quiero enfrentar el temor… Qué
pasa?
Ocurrirá
que se seguirá siendo vulnerable a todo y a todos. Continuaremos viviendo en la zona de confort que, no
necesariamente, es la mejor y con la que se logra sentirse más feliz pero que
ofrece la seguridad insegura y la comodidad incómoda del no arriesgarse. La
vida soñada, la que se quisiera vivir, seguirá siendo solo eso: un sueño y cualquiera
que reconozca nuestras carencias y necesidades tendrá la posibilidad de ejercer
un efecto sugestivo en nosotros y conseguirá manejarnos a través de los apegos.
En resumen:
si no enfrento el temor corro el riesgo de alejarme tanto de mí que terminaré perdiéndome
a mí misma y con ello la única posibilidad de vivir a plenitud... Esa es la
consecuencia.
Ante un panorama como ese… Qué puedo
hacer?
Esta es mi opinión: Lo primero, PREGUNTARSE Y ESCUCHARSE. Para
poder identificar y revisar el temor que en ese momento o en algún momento que
estés rememorando de tu vida hayas estado experimentando.
Lo segundo: revisar desde EL PRESENTE, lo
que genera temor ya pasó y el pasado solo es valioso por el aprendizaje que nos
dejó pero no tiene por qué volverse a repetir. El futuro no ha llegado, lo que
viviremos mañana dependerá de cómo vivamos hoy, construimos el mañana hoy.
ELEGIR: paralizarse, que equivale a no hacer nada y
quedarnos como estamos… huir, que no es más que evadir el temor,
hacernos como si no fuese con nosotros la situación o… actuar, que implica tomar
cartas en el asunto, asumir las riendas, decidirse a nadar profundo dentro de nuestras propias aguas y enfrentarnos con lo que hay allí dentro de sí mismo.
Y si enfrento el temor.. Qué logro?
Todo lo contrario a lo que escribí para el caso de si no
lo enfrentamos… Lograremos ser cada vez MÁS LIBRES… Más dueños de sí mismos, viviremos
con mayor plenitud… y la vida tendrá más sentido de ser vivida.
Me
despido por hoy con una invitación a ver este video y aquí te dejo esta pregunta… Qué harás con tus sombras?
Un
gran abrazo… nos leemos en el próximo post
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