domingo, 26 de octubre de 2014

¿Cuál es la sombra de tus sombras?

“Hasta que lo inconsciente no se haga consciente, el subconsciente seguirá dirigiendo tu vida y tú le llamarás destino”… Carl Jung




Tengo una sombra de mis sombras?

            Así es… todos las tenemos. Y es probable que haya una sombra que la mayoría de nosotros tengamos en común como la sombra de las sombras: me refiero al temor. El solo hecho de leer la palabra quizás ya genera en nosotros una sensación que, probablemente, no es para nada grata y nos pone en alerta.

            A qué se debe esto? A lo que implica y significa para nosotros conscientemente el temor pero que tiene sus bases profundas en nuestro inconsciente y que, mientras no lo desentrañemos, seremos presa fácil de él pues el desconocimiento nos aleja del poder sobre nosotros mismos.

            Y aquí sería interesante que cada quien se preguntara: ¿Cuál es la sombra de mis sombras? En mi caso, enfrentar el temor es la primera sombra a confrontar e iluminar. No resulta sencillo decirlo y menos admitirlo, pero atreverse a exponerlo a expensas de querer y preferir, muy en el fondo de sí, mantener esa sombra escondida, ya  me otorga ventaja sobre ella.

            Puede parecer extraño o sorprender que los que actuamos con valentía en muchas ocasiones o parecemos más temerarios que otros admitamos que el temor es la sombra de nuestras sombras, pero así de contradictorio es, y un muy buen primer paso para traer lo inconsciente a nuestro consciente es admitir lo que allí tenemos si es que ya sabemos que está allí, si nos hemos sincerado con nosotros mismos en ese aspecto.

¿Cómo saber si el temor es la sombra de mis sombras?


         Pues hay que revisarse, PENSARSE A SÍ MISMO. Hablar consigo mismo, como quien habla con su confidente. Prestar atención al ¿cómo me estoy sintiendo en este momento? o ¿Cómo me sentí en tal momento o situación?.

            SINCERARSE CONSIGO MISMO, y darse respuestas sin sesgos. Total es una conversación contigo mismo(a), y si te dices la verdad, solo quedarás al desnudo ante ti mismo(a) y de nadie más, y esto lo digo por si quedar expuesto(a) es lo que te preocupa.

            A nivel científico existen las teorías que explican las causas del temor, entre las que se exponen como principales: no querer perder, el tener que vivir el final, la necesidad de aceptación que está asociada directamente con la ausencia de amor, desde donde surge la base del temor, y también está el anclarse en el pasado o el futuro y olvidarse del presente, entre otras.

            Todas esas posibles causas, juntas o separadas, son una tarea que cada cual necesita descubrir en sí mismo. No pretendo en este post hacer un escrito científico del temor porque sobre eso hay mucho que se ha documentado. Lo que sí pretendo es hablar sobre esa sombra desde la perspectiva en que la he vivido. Porque hablar de nuestros temores abiertamente es un tema que es fácil de abordar si se trata de otros pero que nos sentimos expuestos y vulnerables si se trata de hablar sobre los temores que viven dentro de sí.

Si no quiero enfrentar el temor… Qué pasa?

         Ocurrirá que se seguirá siendo vulnerable a todo y a todos. Continuaremos  viviendo en la zona de confort que, no necesariamente, es la mejor y con la que se logra sentirse más feliz pero que ofrece la seguridad insegura y la comodidad incómoda del no arriesgarse. La vida soñada, la que se quisiera vivir, seguirá siendo solo eso: un sueño y cualquiera que reconozca nuestras carencias y necesidades tendrá la posibilidad de ejercer un efecto sugestivo en nosotros y conseguirá manejarnos a través de los apegos. En resumen: si no enfrento el temor corro el riesgo de alejarme tanto de mí que terminaré perdiéndome a mí misma y con ello la única posibilidad de vivir a plenitud... Esa es la consecuencia.

Ante un panorama como ese… Qué puedo hacer?

         Esta es mi opinión: Lo primero, PREGUNTARSE Y ESCUCHARSE. Para poder identificar y revisar el temor que en ese momento o en algún momento que estés rememorando de tu vida hayas estado experimentando.

            Lo segundo: revisar desde EL PRESENTE, lo que genera temor ya pasó y el pasado solo es valioso por el aprendizaje que nos dejó pero no tiene por qué volverse a repetir. El futuro no ha llegado, lo que viviremos mañana dependerá de cómo vivamos hoy, construimos el mañana hoy.

            ELEGIR: paralizarse, que equivale a no hacer nada y quedarnos como estamos… huir, que no es más que evadir el temor, hacernos como si no fuese con nosotros la situación o… actuar, que implica tomar cartas en el asunto, asumir las riendas, decidirse a nadar profundo dentro de nuestras propias aguas y enfrentarnos con lo que hay allí dentro de sí mismo.

Y si enfrento el temor.. Qué logro?

     Todo lo contrario a lo que escribí para el caso de si no lo enfrentamos… Lograremos ser cada vez MÁS LIBRES… Más dueños de sí mismos, viviremos con mayor plenitud… y la vida tendrá más sentido de ser vivida.


Un gran abrazo… nos leemos en el próximo post

            

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