“El
que no conozca su propia realidad no podrá construir su cielo”.
Manuelita
Ferreira
Cuando
los dilemas nos abruman…
Tendemos
a olvidar el ser que somos… tendemos a olvidar el valor, la fortaleza, la
belleza y el inmenso caudal de amor que vive y palpita dentro de nosotros, y
cuya muestra es cada latido de nuestro corazón.
Cuando
los dilemas nos abruman, nos empequeñecemos tanto que, aun siendo de día, todo
lo vemos oscuro, todo lo sentimos inmensamente pesado, difícil de llevar y
soportar… A veces, simplemente, tocamos fondo.
Al
respecto, los amigos a quienes consulté su opinión sobre el tema principal de
este post, coincidieron en la difícil situación psicológica y emocional en la
que nos ponemos cuando las cosas no marchan bien en la vida que estamos
llevando.
Pero,
¿qué son los dilemas y qué los genera?... Quizás resulte obvio definir la
palabra dilema pues basta con buscarla en un diccionario; sin embargo, pensar
en qué genera un dilema sería más interesante de abordar porque nos pondría a
prueba permitiendo explorarnos a nosotros mismos, aunque sea en forma hipotética,
en este momento. Por ejemplo, Qué harías en un caso como este? : Supón que tu madre está enferma de muerte y necesita un
medicamento y no tienes el dinero para comprarlo y vas al boticario y le pides
que te lo de para pagarlo más tarde, el boticario no te lo da y es la única
farmacia en 200 kilómetros a la redonda y cierra en 5 minutos, ¿dejarías morir
a tu madre o lo robarías para salvarle la vida? Ese es un dilema moral real, el
punto donde tienes que utilizar la razón contra la moral. (Tomado de Wikipedia)…
Te pregunto
de nuevo: en ese caso, tú, ¿Qué harías?
Y así como el
dilema anterior, hay tantos y tan variados que creo, sinceramente y una vez
más, que optar por conocernos a nosotros mismos es, cada vez, la mejor opción
para hacerle frente a las situaciones de la vida que se nos presentan y que no
son otra cosa que una prueba a lo que somos, a ¿quién soy?
La
encrucijada… ¿qué camino tomar?
Cuando
pregunté a muchas personas amigas en forma directa y en Facebook sobre el tema
principal del post, me dieron distintas y variadas respuestas, todas
interesantes. Obtuve respuestas como: no sé qué haría, me aislaría, entraría en
silencio absoluto, me mataría y acabaría con todo de una vez… hasta respuestas
como: me levantaría y no me rendiría, me distraería para no caer en errores
mayores, volvería mi atención hacia Dios y buscaría su ayuda, tendría fe para
seguir adelante y superar los obstáculos o…después de vivir la situación
difícil entendería que todo depende de sí mismo y que las situaciones que nos
pasan están allí para que aprendamos… Y es que es tan variada la decisión de
una persona a la otra en torno a una misma pregunta, y ninguna cuestionable,
porque se trata de cómo está cada quien consigo mismo en un momento dado. Ciertamente,
hay opciones que son mejores y de mayor beneficio para nosotros pero, en muchas
ocasiones, no las vemos como las mejores ni las más viables.
¿Qué hacemos,
entonces, para decidir lo mejor posible? Por experiencia, sé muy
bien que decidir desde mis vísceras no me ayuda y menos me hace bien. Solo
empeora las cosas. Creo que lo mejor es serenarse lo más que sea posible y, desde esa
serenidad, la visión de las cosas se aclara, logramos sentirnos mejor aunque la
situación, como tal, no esté del todo resuelta.. SOLO ES CUESTIÓN DE ENFOQUE.
¿Quién
es Quién?...
Las situaciones que
enfrentamos las generamos nosotros. El punto es que solemos confundir a las
situaciones con nosotros mismos…Sí, somos responsables de las situaciones pero NO somos las
situaciones. Así que en nuestras manos está cambiarlas para bien o
empeorarlas.
Cuando no sé
qué hacer conmigo, me doy cuenta que –en mucho- me estoy confundiendo y
haciendo una con la situación. Y desde ese enfoque, desde esa perspectiva,
metida en esa tormenta, difícilmente pueda evitar salir empapada de ese
conflicto.
Pero
cuando tomo distancia, COMO SOLO ES CUESTIÓN DE ENFOQUE, tal como
dice el refrán: puedo juzgar el acto y no el actor… puedo ver aciertos y
errores, me doy la oportunidad de aceptar y asumir responsablemente ante mi lo
que tenga que asumir, respirar profundo y decidir qué haré al respecto: si
hacerme como si no ha pasado nada y continuar cayendo en el error o tener la
valentía, la entereza, la dignidad, el respeto por mí misma y la voluntad para
cambiar, mejorar y seguir avanzando… Todo esto es posible cuando “tomo
distancia” de mí. En cambio, si no lo hago, la ensalada que se forma en mi
mente y en mi corazón no deja lugar a ningún otro ingrediente que refine el
sabor de esa ensalada mental y emocional.
Y,
en definitiva, ¿qué hago conmigo mismo(a)?...
Esto que aquí
apuntaré no es una receta, pues no es mi intención decir a quien me lea lo que
debe o no hacer… es lo que me ha ayudado y funcionado después de innumerables
traspiés, quizás haya mejores ideas al respecto pero estas son las que conozco
y me han sido útiles:
·
Ponerse en pausa: Ayuda a serenarse,
a entrar en conversación consigo mismo para sincerarse.
·
¿La actuación de quién revisaré?:
Evitar pensar en lo que hizo el otro para evaluarlo o juzgarlo en vez de
mirarme a mí… No se logra ni se gana nada pensando sobre cómo lo hicieron los
otros porque no tienes poder para cambiarlos, pero si tienes el poder para cambiarte a ti.
·
¿Qué estoy sintiendo?: Hacerse consciente
de qué sentimiento es el que estoy experimentando en el momento.
·
Preguntarse: ¿Por qué me estoy sintiendo así? ¿Qué
estoy haciendo que me siento mal conmigo mismo(a)?
·
Soluciones: No quedarse dando vueltas en círculo
sobre el problema, MIRAR las soluciones.
·
Actuar: Si todos los pasos anteriores se han
dado y no se entra en acción, de nada valdrá haber hecho el ejercicio. Hay que HACER ALGO POR
SÍ MISMO Y PARA SÍ MISMO…HAY QUE AUTO AYUDARSE…Un primer paso, lleva
al siguiente y así se convierte en una cadena que, sin darnos cuenta, nos hará
obtener pequeñas victorias (al principio) sobre nosotros mismos que nunca más
querremos dejar de experimentar.
Y ya para
finalizar el post de hoy, te invito a ver esta película llamada TE DOY MI ALMA,
que trata sobre una historia real de una mujer que se sobrepuso a sí misma y
logró ser útil, dar su aporte a otros y dejar una huella…
Mil
gracias a todos los que me regalaron unos minutos de su tiempo para compartir
sus opiniones y que enriquecieron el contenido de este post…
Un gran abrazo… nos leemos en el
próximo post.
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